Es un error tratar de poner el foco en los límites, en el final del camino, en las brumas que van más allá del día siguiente, porque al hacerlo, desaparecen nuestros pasos sobre sobre la senda, desaparecen los que nos acompañan, y la vida termina por convertirse en una realidad en permanente huida a ninguna parte.
Rocío las sonrisas aletargadas con el hisopo del deseo, y con cada diminuta gota germinan nuevas ilusiones, nuevos presentes creados con el único fin de satisfacer las eternas ausencias de mi mismo, ausencias que hoy reposan enhebradas entre sus manos, disueltas en caricias, neutralizadas en el aroma de su piel, fosilizadas en el ambar de sus besos y en miles de frases incompletas.
Es el reverso de lo real el que ha empezado a hablar, es la potencialidad en su más pura esencia la que empuja descontrolada, la que tira de nosotros desde la negrura de lo incierto...y cerramos los ojos, cautivos y dueños al mismo tiempo de este instante que aun no ha comenzado, y nos hablamos con silencios para no despertar.
Se tambalean entre las paredes de su cuerpo mis principios y mis finales, destrozan el ariete de sus labios, las promesas que los mios construyeron antes de que el tiempo empezase a existir en su piel, pone luz su sonrisa en las sombras permanentes de mi ciénaga...ella es la que completa la vida, mi vida, en un solo parpadeo.
- Quiero más- Rugió el viento de la negra noche
- Quiero más- Respondió la oscuridad enredada entre las copas de los árboles
Olvido para poder vivir, y cierro los ojos para poder ver más allá de mi, esta noche, como si fuese la última, como si nada hubiese descarrilado, como si no existiese el estruendo, ni los gritos, ni el dolor, ni la muerte toda anudada en la tráquea de la consciencia.
Salto al vacío negro de su existencia y solo espero que allí, en el seno de la más profunda oscuridad, sigan estando sus pasos, y que sea ella quien me arrope cuando desnudo y mal herido, suplique un poco de clemencia que no merezco.
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