viernes, 13 de abril de 2012

Desenfoque cifrado

Hace tiempo que vivo con la sensación de que los seres humanos somos en esencia mecanismos especializados en decodificar información, en interpretar y asignar el campo de nuestra percepción a emociones, acciones y reacciones.

Un juego juego de infinitas posibilidades se abren sobre el tapete de la realidad cada vez que aparece un nuevo rostro, una nueva mirada, un nuevo día...y de todas ellas, solo una será la elegida como llave para generar las emociones dando sentido al baile de formas, olores, sabores y sensaciones.que llamamos vida.

Es nuestra mente la que descifra constantemente el chaparrón de información que golpea sin cesar el caparazón que nos rodea, y de ella dependemos para dar sentido a la realidad al completo, desde la caricia más sutil, a la existencia del propio universo.

Vivimos sumergidos en una realidad codificada, un extraño simulador que solo toma sentido y cuerpo cuando fijamos la mirada de nuestra atención en él, y sin embargo en demasiadas ocasiones no somos conscientes de ello porque lo hacemos de forma instintiva, sin pensar, como si del automatismo del latido del corazón se tratase, y olvidamos que a pesar de las apariencias, a pesar de todo lo aprendido, a pesar de que parece imposible;  somos libres de enfocar nuestra mirada para quedarnos enredados en los más pequeños detalles de nuestra existencia, o para desenfocarla hasta el punto de aislarnos por completo del permanente ruido del mundo...de nosotros depende.

No lo sabemos pero podemos elegir, no lo recordamos pero nuestra íntima esencia esconde algo tan 'extraño' que bien podría ser catalogado de mágico aunque no lo sea; no lo entendemos y sin embargo tenemos la capacidad de reconstruir la realidad todos los días, de dar un sentido concreto a las casualidades que suceden constantemente burbujeado aquí y alla.

Quizá esa sea toda nuestra libertad de maniobra, la de decidir descifrar lo que nos sucede de una u otra forma, la de dar mayor o menor importancia a esto o a aquello, la de transformar en nuestra propia caverna, el universo entero y con él las emociones que nos dan vida....quizá el resto no dependa de nosotros, y sea simplemente un decorado, atrezzo que va y viene, complementos indirectos para una existencia que únicamente tiene lugar en nuestro interior...

Es nuestra mirada la que da sentido al mundo y a veces, demasiadas veces, lo olvidamos.....por eso hoy he escrito...necesitaba recordar....

jueves, 5 de abril de 2012

Desenfoque forzado

En ocasiones sucede
Las riendas se transforman en humo y el control se enreda entre espejismos

En ocasiones sucede
La realidad extiende sus raices y derrumba el pequeño mundo de casas de cartón que un día construimos juntos mientras hundíamos nuestros dedos en la arena fria, bajo la luna, en aquella extraña orilla.

Un vez más miro mis manos y solo veo sombras

Respiro... consciente de que el silencio es la puerta de entrada a las infinitas posilidades que sus sueños esconden.

Pinto despacio...muy despacio... la silueta de tus labios en el aire mientras congelo mi aliento en la frontera de tu piel

Mirada fria empotrada en la negrura del cielo de estrellado de esta noche vacia

Afasia...una vez más.

No podía ser de otra manera
La vida empuja y las siluetas pierden sus contornos...a la fuerza.
Sonrio

lunes, 2 de abril de 2012

Desenfoque de alcoba

¿Qué hacer cuando uno cree descubrir que su vida íntima con la pareja de toda la vida no funciona?

Si, es un tema complejo (o quizá no tanto), pero la realidad es que salvo loables excepciones, pasan los años en una relación y la magia va y viene (más va que viene, que todo hay que decirlo), e intentamos reinventarnos, convencernos, abrir nuevos canales para adquirir sucedaneos de aquello que un día tuvimos junto a la  persona que ha ido envejeciendo (upss perdón, quería decir madurando) a nuestro lado, pero nada es lo mismo, ni falta que hace... ¿o si?.

Los hay que asumen esa realidad sin pestañear (o al menos así aparecen ante el mundo), los hay que sienten una especie de asfixia existencial profunda y pintan en secreto planes de fuga que jamás llevarán a ninguna parte (o si..), y los hay que al más puro estilo alquimista, idean fórmulas que transformen el plomo de una alcoba gris, en polvo de estrellas (nótese la profunda e ingeniosa metáfora empleada :P), y finalmente está la gente que simplemente se limita a levantar con disimulo la alfombra para esconder la situación mientras silvan  miran a otro lado y cogen con fuerza renovada las riendas de su relación.

Por otro lado como bien dice Ahhotep en su comentario, siempre queda la opción de la ruptura, que en demasiadas ocasiones se ve como la única salida posible. Determinar que proporción de los motivos que empujan a terminar con una relación a causa de los conflictos de alcoba (que es el tema de hoy) son fruto de un espejismo pasajero y que parte son verdaderos obstaculos que necesitarían de más de una vida para ser resueltos; requiere de tiempo y paciencia, dos bienes enormemente escasos en nuestra sociedad.

Al final supongo que la mayoría termina por encontrar sus propias respuestas, pasajeras y parciales eso si, pero respuestas al fin y al cabo, que sirven para lo que sirven (que no es poco), y que aportan en todo caso consuelo o desesperación 'armagedónica' para la relación en la que chapoteamos.

En cualquier caso, y sea cual sea la respuesta, creo que somos demasiados los que olvidamos que la vida de alcoba debería ser objeto de diversión permanente, un pequeño oasis del que obtener placer más allá de la calidad del mismo (tampoco que hay ser excesivamente cutres en ese sentido...amos digo yo)...
Podemos mitificar la intensidad de la pasión y elevarla al paroxismo absoluto, o podemos hacer justo lo contrario, pensar que carece de importancia y que un polvete al mes (siendo generosos) es más que suficiente...pero en cualquier caso, olvidar lo profundamente divertido que puede llegar a ser el sexo, creo que es uno de los grandes errores de la vida 'adulta' que de forma silenciosa afecta a otros aspectos de nuestra forma de entender la madeja esta que llamamos existencia.

Sea como fuere, hoy, esta tarde de lunes, creo que poner un puntito de desenfoque a nuestra vida de alcoba puede aportar un grado de relajación (y perspectiva), existencial más que interesante, sobre todo porque distorsionar leventemente nuestros pre-conceptos sobre la pareja, o sobre como deben ser las cosas en el sexo, puede abrir las puertas a nuevas experiencias (reales o no, tampoco importa mucho), de tal forma que se inyecten los miligramos justos y necesarios de endorfinas para que la vida tenga un color diferente.

Cuando uno desenfoca parece que pierde la perspectiva, pero en el fondo, es solo una ilusión... lo que sucede es que al cabo de unas horas se asiste asombrado al despertar de otros sentidos...es en ese momento cuando la sonrisa vuelve a aparecer furtiva en la comisura de los labios, y las comparaciones, la autocrítica, o la obsesión por ser un modelo de algo, se desvanecen como el humo dejando en nuestro campo de visión, solo el perfil difuso de lo que realmente somos. Es el escenario perfecto para empezar a disfrutar.

¿Y tu qué opinas?.