Desmontada la lógica sobre el tapete de estos dos últimos meses miro mi sombra, desconcertado definitivamente vacío, profundamente ageno a mi mismo.
Comprendo con claridad las consecuencias de mi actos, lo que no entiendo es el porqué de los mismos, no entiendo mi comportamiento perdido en un bucle de ineficacias y despropósitos.
No me sirve la excusa de la falta de consciencia sobre los mismos, ni me sirve el comodín del origen exógeno de causas y motivos que transformados en la mente terminan por convertirse en apatía vacía.
¿Quizá debería dejar de hacerme preguntas y actuar?. Pero... ¿hacia donde?, ¿hacia qué?.¿Cómo?
No lo se... realmente hoy se menos que cualquier otro día, veo menos que cualquier otro día, entiendo menos que cualquier otro día.
Pero las consecuencias están ahí. firmes, contundentes y perfectas en si mismas; poseedoras de la más absoluta lógica, perfectamente racionales... como un espejo en el que intentar observar con nitidez lo que soy.
Y no me gusta lo que veo, no me gusta nada, por primera vez, quizá por eso hoy, sepultado, inmovilizado por 'las consecuencias' me observo con claridad incluso aquí cerca, aunque uno de los precios haya sido el dejar de comprender lo que me rodea.
¿Cuál será el siguiente paso?. El destino dirá, no yo.
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