Recuerdo mi mirada tranquila descansando sobre la tuya, la senda trazada con firmeza a nuestras espaldas, las certezas que lo eran solo porque nosotros las empezamos a crear mucho antes de habernos conocido.
Estrellas difusas que se convertian en perfiles perfectos cuando el silencio se condensaba en forma de caricias sobre aquellas pieles, tan vivas...tan llenas y a pesar de todo tan ignorantes... si, el sueño de la razón produce monstruos, porque lo que durante años he llamado razón, no era sino el sueño de ella, la ilusión de creer que uno sabía algo, cuando en realidad solo reculaba torpemente hacia el origen de unas huellas que como todo rastro, es era y será irrepetible como cada segundo consumido en esta vida.
Hoy, cientos de despropósitos después, miro mis manos, casi vacías, ásperas sin el bálsamo de la esperanza, teñidas de gris por la edad y enormemente cansadas de tanto haber intentado cazar mariposas cuando la energía era otra.
Y aun así disfruto del atardecer, uno muy distinto al de aquel prólogo que escribimos hirbanando puzles cuando yo creía saber quien era, que quería y a donde iba
... pierdo la mirada deseando no escuchar las tormentas que se amontonan en lo escondido, destrozo mi voluntad en un esfuerzo insuficiente, para dirigir mis pensamientos hacia ese oasis en el que esperan los sueños a ser rescatados de la apatía.
.. sin embargo me faltaís vosotros, erais mi fuerza porque eraís la mayor parte de lo que era...
Ahora mutilado, me arrastro repitiendo mantras de autoayuda, o fragmentos de filosofías que en su momento me enseñaron el caminio hacia el centro de lo que realmente era. .. a pesar de la escena, de la tozuda realidad, de los vacíos y los grises chorreando por las paredes de mis pensamiento, se que no hay culpables, no puede haberlos, ni tan siquiera en esta situación en el que el juicio no dudaría en señalarme con su dedo impertinente y necio.
No obstante la responsabilidad y las consecuencias quedan porque así es la vida... cientos de causas y millones de efectos que a su vez se transforman en nuevas causas para continuar con la cadena
'No hay casualidad, hay simplemente causalidad'.
Se puede vivir la ilusión de que uno puede controlar causas y efectos, pero hoy se que eso es algo pasajero porque tarde o temprano todo lo importante escapa a nuestro control, se sale del encuadre perfecto desplazándose a espacios que caen fuera de lo que podemos comprender.
¿Es esta la lección o simplemente no la hay?.
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